VITACRECIL COMPLEX CAPSULAS WOMAN

VITACRECIL COMPLEX CAPSULAS WOMAN

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Vitacrecil Complex Woman es un complemento alimenticio con hierro (Tricofer®), cistina y biotina, combinación de nutrientes esenciales específicamente diseñada para la vitalidad, el crecimiento y el correcto metabolismo del cabello, especialmente útil para corregir situaciones de dé­ficits nutricionales que afecten el cabello de la mujer.

Vitacrecil Complex Woman es un complemento alimenticio específi­co para el cuidado del cabello de la mujer compensando las posibles de­ficiencias nutricionales que aparecen en ciertos estados fi­siológicos causantes de problemas capilares (menstruaciones abundantes, posparto, menopausia, …).

El hierro (Tricofer®) contenido en Vitacrecil Complex Woman representa una fuente de hierro con una elevada biodisponibilidad que permite mejorar su tolerabilidad gastrointestinal evitando algunos efectos que pueden asociarse a la ingesta de este nutriente, como molestias estomacales o intestinales o coloración de las heces y mucosas.

El hierro es un elemento esencial que contribuye a la formación normal de glóbulos rojos y de hemoglobina y al transporte normal de oxígeno en el cuerpo. La biotina es una vitamina cuyo aporte dietético su­ficiente contribuye al mantenimiento del cabello en condiciones normales. La cistina es un aminoácido azufrado constitutivo de la queratina.

Dos cápsulas al día durante un mínimo de 3 meses. Pueden tomarse juntas en cualquier momento del día. No superar la dosis diaria recomendada.

No recomendado en trastornos de la absorción o eliminación de cistina. Los complementos alimenticios no deben utilizarse como sustituto de una dieta variada y equilibrada ni de un estilo de vida saludable.

Mantener fuera del alcance de los niños más pequeños.  Apto para celíacos  Apto para diabéticos

Alopecia   La alopecia consiste en la disminución de la densidad o pérdida de pelo, de forma localizada o difusa y de forma temporal o permanente.  Es una de las patologías del folículo piloso de mayor prevalencia y un motivo de consulta muy frecuente, tanto en Atención Primaria como en Dermatología.

Tipos de alopecia    Aunque existen muchos tipos de alopecia, los más frecuentes son los siguientes:

Alopecia androgenética (AGA) o calvicie común, la forma más frecuente de alopecia.
Alopecia por efluvio telogénico, consiste en la pérdida difusa de cabellos y puede estar asociada a cambios estacionales, enfermedades tiroideas, factores hormonales, etc.
Alopecia por efluvio anagénico, se manifiesta generalmente por una pérdida difusa, brusca e intensa del cabello que aparece a los pocos días de acontecer la causa desencadenante (enfermedades, infecciones, agentes antitumorales, deficiencias de zinc o ácidos grasos esenciales, etc.).
Alopecia areata, caracterizada por la presencia de una o varias placas sin pelo, localizadas en el cuero cabelludo preferentemente pero también en cejas, pestañas, barba, etc.
Alopecia androgenética
La caída del cabello conocida como calvicie común o alopecia androgenética o androgénica es debida a una predisposición genética que intensifica la acción de la hormona testosterona en los folículos pilosos de determinadas áreas.

En España, el 63% de los varones de 50 años presentan alopecia androgenética masculina (MAGA), proporción que aumenta con la edad.

Por otro lado, en nuestro país el 36% de las mujeres padece alopecia androgenética femenina (FAGA), que suele acentuarse a partir de la menopausia, por la pérdida de la protección estrogénica. En un porcentaje alto de casos existen antecedentes familiares, aunque también existen algunos factores que pueden agravar la tendencia a la alopecia, como por ejemplo el déficit de hierro.

Tratamiento de la alopecia androgenética
Existen tres tipos de tratamientos para la alopecia androgenética: tópico, oral o quirúrgico. El médico es quien debe determinar, en cada caso, cuál es el tratamiento o la combinación de tratamientos más adecuada para cada paciente.

El tratamiento tópico más utilizado en la alopecia androgenética es el minoxidil, un medicamento tópico de acción vasodilatadora que ha demostrado que aumenta la duración de la fase anagen (fase de crecimiento del cabello) y el tamaño de los folículos pilosos. Los efectos en el aumento de la densidad del cabello pueden comenzar a apreciarse entre el cuarto y sexto mes de tratamiento.

Aunque existen otros medicamentos, el más usado en el tratamiento oral de la alopecia androgenética es la finasterida. Este medicamento de prescripción actúa como inhibidor de la 5α-reductasa tipo II y disminuye la conversión de testosterona en 5DHT (desencadenante del fenómeno de miniaturización de los folículos pilosos). Además, La finasterida incrementa el número de cabellos, su longitud y grosor. Estos cambios comienzan a hacerse evidentes a partir de los 4-6 meses de tratamiento y se mantienen a lo largo de los años que dura el tratamiento.

Por último, el tratamiento quirúrgico se basa principalmente en el autotransplante de cabello, aunque también existen otro tipo de intervenciones.

Uñas

Las uñas son un motivo frecuente de consulta en el campo de la Dermocosmética y de la Dermatología.

Su finalidad principal es la protección de los dedos de las manos y los pies. El conjunto de la uña, el tejido adyacente y la yema de los dedos de las manos constituyen una unidad funcional como órgano del tacto y son responsables de los movimientos de precisión.

También son importantes en la biomecánica de los pies, ya que unas uñas anómalas pueden provocar alteraciones en la marcha y deformidades óseas.

Por otro lado, las uñas permiten funciones importantes para la vida del ser humano, como son el rascado y el cosquilleo. Incluso son objeto de agresión cuando se muerden en época de estrés o como manifestación de un trastorno obsesivo-compulsivo.

Por último, no debemos olvidar su significativa función estética. Ya que unas uñas cuidadas contribuyen al buen aspecto de la persona.

Composición de las uñas
El componente principal de las uñas es la queratina, una proteína que también encontramos en el cabello y en la piel, y que es la responsable de aportar estructura y elasticidad. Además, las uñas contienen un 10% de agua, 5% de lípidos y calcio.

Precisamente el alto contenido en lípidos hace que las uñas sean 1000 veces más permeables al agua que la piel. Por su porosidad, se hidratan y deshidratan con mucha rapidez.

Uñas frágiles
Se consideran uñas frágiles o quebradizas aquellas uñas que tienen tendencia a la fragilidad y a la rotura de la lámina ungueal.

Las uñas frágiles afectan a un 20% de la población general. Las mujeres padecen este trastorno dos veces más que los hombres y la prevalencia es mayor en personas de edad avanzada.

El síntoma más frecuente es la exfoliación en láminas horizontales a partir del borde libre de la uña. Es decir, las uñas “se abren a capas”.

Esta alteración, llamada onicosquicia, dificulta muchas de las actividades rutinarias como, por ejemplo, vestirse (ya que las uñas se enganchan en los tejidos), peinarse o acariciar (ya que se puede arañar con mucha facilidad). Por otro lado, favorece la aparición de otros trastornos, como infecciones bacterianas o fúngicas.

Causas de la fragilidad de las uñas
Una de las principales causas de la fragilidad de las uñas es el propio envejecimiento. Aun así, las causas de las uñas quebradizas pueden ser múltiples y coexistir entre sí.

En ese sentido, cabe tener en cuenta que un pequeño porcentaje de casos de onicosquicia se debe a enfermedades como las infecciones por hongos o bacterias, dermatosis como el eccema o la psoriasis o alteraciones sistémicas como las que pueden darse en el hígado o el riñón.

Asimismo, ciertos fármacos como los empleados en los tratamientos oncológicos, algunos antiinflamatorios y las dosis altas de vitamina A, pueden dar lugar a unas uñas quebradizas.

Por su parte, los bajos niveles de hierro, muy frecuentes en las mujeres en edad fértil como consecuencia de la menstruación, pueden debilitar también las uñas.

Por lo que respecta a los factores de origen externo, las manicuras permanentes, una excesiva deshidratación en manos y pies, el contacto con ciertas sustancias químicas (por ejemplo, detergentes, lejías, esmaltes, endurecedores o quitaesmaltes con acetona) así como los traumatismos pueden provocar igualmente la fragilidad de las uñas.

Consejos para cuidar las uñas
Mantener las uñas limpias y secas para prevenir las infecciones por microorganismos debajo de la uña.
Hidratar las uñas frecuentemente con cremas específicas para ello.
Aplicar un endurecedor o vitalizador de uñas que no contenga tolueno, sulfonamida o formaldehído.
Proteger las manos con guantes de goma cuando se trabaje o se entre en contacto con agua, detergentes, o agentes químicos agresivos, durante períodos largos.
Llevar las uñas cortas y ligeramente redondeadas para evitar posibles fisuras o desprendimientos.
Tener una lima de fina textura a mano para prevenir futuros daños y reducir la rotura.
Cortar las uñas después del baño, ya que si están secas hay más posibilidad de rotura.
Usar quitaesmaltes sin acetona. La acetona produce una excesiva sequedad y aumenta el riesgo de rotura y descamaciones.
No retirar la cutícula cuando se hace la manicura, ya que protege las uñas de posibles infecciones. Utilizar un producto adecuado para ablandarla y apartarla con un palito suavemente.
No abusar de las uñas como si fueran herramientas (acción de palanca, rascar, hurgar, etc.).
Evitar el hábito de comerse las uñas.
Tomar un complemento nutricional que contenga una combinación de nutrientes para el correcto crecimiento de las uñas y la mejora de su aspecto, la consistencia, la resistencia y la elasticidad de estas.

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