DESCRIPCIÓN
Protegen de forma duradera contra las agresiones sonoras, el agua y el polvo.
MODO DE EMPLEO
Quitar el algodón, modelar el tapón de oidos enrollándolo con los dedos.
Sujetar hacia arriba la oreja para facilitar la introducción, sosteniéndolo, introducir el tapón de oidos aun comprimido.
En pocos segundos se adaptará por si solo, moldear el tapón y colocarlo con cuidado en la entrada del conducto auditivo.
No cortar el tapón ni introducirlo hasta el fondo del oído.
Tirar del pabellón hacia tras para expulsar el aire del conducto auditivo y evitar los zumbidos.
Guardar los tapones en su caja en un lugar limpio y seco.
No debe utilizarse para hacer submarinismo.
Debe utilizarse con los oídos limpios y sanos.
ALERGIA AL LATEX
No contiene látex.
Conciertos, deportes mecánicos, utillaje o material industrial, algunas actividades particularmente ruidosas pueden debilitar nuestra capacidad auditiva.
Las protecciones auditivas de espuma Quies permiten atenuar los ruidos fuertes una media de 35 dB, sin aislarse totalmente de su entorno. Su forma anatómica se adapta al conducto auditivo, manteniendo una posición perfecta en el oído.
La textura de la espuma de poliuretano, especialmente lisa y flexible, ofrece un contacto agradable y no produce ninguna molestia. Disponibles en 3 gamas de colores: fluorescente, discoteca o color carne.
Audición: ¿Puede el ruido resultar peligroso?
Al percibir y captar los sonidos de nuestro entorno, nuestro oído se muestra especialmente sensible al ruido. Maltratada, nuestra capacidad auditiva disminuye con el paso del tiempo. ¿Cómo protegerla?
EL SONIDO, UNA CUESTIÓN DE BUENAS VIBRACIONES
El sonido es una onda que se propaga en forma de variación de presión. Se define por:
– su frecuencia, más o menos aguda: el oído humano percibe sonidos que van de 16 hercios (Hz) en su frecuencia más grave, a 20.000 Hz en la más aguda.
– su intensidad, más o menos fuerte, expresada en decibelios(dB).
– su duración.
Las ondas sonoras penetran en nuestros oídos y hacen vibrar nuestros tímpanos. A su vez, hacen vibrar el oído interno, donde se encuentra la cóclea, el órgano responsable de la audición. Sus células transforman las vibraciones en transmisiones nerviosas, que el nervio auditivo comunica al cerebro.
