Apto para el uso diario y en todas las situaciones en las que mayor es la necesidad de frescura:
Durante la menstruación
Cuando se hace deporte o se suda a menudo
En caso de necesidad de máxima frescura
Fórmula fresca
Mentol natural – Aceite esencial extraído de las hojas y de las flores de la menta, posee propiedades aromatizantes y refrescantes, utilizado desde la Antigüedad por sus propiedades medicinales.
El mentol ayuda a mantener una sensación de frescura duradera.
Ácido láctico –
Ayuda a mantener el pH estable en valores ácidos, como es característico en la zona de los genitales externos, sin interferir en ningún caso en las condiciones naturales de la vagina.
pH5 –
Es importante utilizar un gel íntimo ligeramente ácido, con un pH en torno al 5, para respetar la fisiología natural de las mucosas genitales externas y de las zonas cutáneas que las rodean.
Una norma básica es la que se refiere al modo de lavarse para evitar la contaminación con microorganismos procedentes de la zona ano-rectal.
Estos microorganismos, que pueden estar presentes en la vagina en pequeñas cantidades como componentes inocuos de la flora bacteriana normal, en determinadas condiciones toman importancia y se convierten en agentes infecciosos.
Aún no se sabe cuándo ni por qué pierde el entorno vaginal su capacidad para eliminar o mantener la función de las bacterias procedentes de la zona intestinal, pero con independencia de determinadas condiciones específicas favorables de los agentes externos, los hábitos higiénicos incorrectos también pueden influir considerablemente.
¿Cuáles son las indicaciones básicas para una correcta higiene íntima?
A continuación ofrecemos algunos consejos útiles para una correcta higiene íntima, que aunque pueda parecer que son básicos, suele pasar que les prestamos muy poca atención.
·Lavarse primero las manos y prestar atención a la higiene íntima no sólo de la zona genital, sino también de la anal, limpiando el pubis hacia la zona rectal y no al revés, para evitar el paso de las bacterias por la vagina.
·En caso de inflamación frecuente, lavar las prendas íntimas con agua muy caliente y jabón natural, aclarándolas abundantemente.
·Leer siempre con mucha atención las instrucciones de los productos que utilizamos para evitar, por ejemplo, utilizar un producto puro que hay que diluir.
·Efectuar irrigaciones vaginales sólo si lo aconseja el ginecólogo.
·Recordar que también es muy importante la higiene de la pareja.
·Utilizar un gel de higiene íntima ligeramente ácido en torno a pH5 (para respetar la fisiología natural de las mucosas genitales externas y de las zonas cutáneas que las rodean) y acidificante para ayudar a mantener la acidez vaginal, necesaria también entre un lavado y otro.
