Una buena higiene personal con Lactacyd puede ayudarte a que te sientas más fresca y con más confianza, incluso durante la menstruación. La menstruación es un periodo en que aumenta el riesgo de infección. Esto se debe a que la mucosidad que habitualmente bloquea el cuello uterino (la entrada al útero) se abre durante la menstruación para permitir que la sangre salga del útero. Esto puede permitir que las bacterias viajen hasta el útero y la cavidad pélvica.
Las variaciones del pH de la vagina también hacen más probables las infecciones por levaduras.
Aprender los conceptos básicos de la higiene menstrual te ayudará a estar saludable y evitar infecciones durante la menstruación.
CONSEJOS PARA UN PERIODO FRESCO Y SALUDABLE
Buenas prácticas:
Lavarse con regularidad: lávate al menos una vez al día para mantener tu zona íntima limpia y evitar los olores. Lávate las manos antes y después de utilizar el baño, cambiarte la protección menstrual o limpiarte la vagina.
Utilizar el producto adecuado: utiliza siempre un producto pensado específicamente para el cuidado íntimo, porque la piel de tu vagina es más sensible que la de otras partes del cuerpo. Lava siempre tu vagina externamente y nunca uses jabón común, gel de ducha o champú en tu zona íntima, ya que puede afectar negativamente a tu flora y acidez natural.
Tus prendas de vestir: evita llevar ropa ceñida o tejidos sintéticos que no permitan respirar. Llevar prendas que se ciñan a tu vagina puede causar un incremento excesivo de la humedad y el calor, y también te puede irritar la piel. Ponte ropa interior de algodón y prendas holgadas para ayudar a mantener tu zona íntima fresca y seca.
Cambiar frecuentemente las compresas o tampones: el uso continuado de la misma compresa o tampón incrementa el riesgo de infección. La exposición prolongada a compresas húmedas también puede irritarte la piel.
Utilizar un tampón que ofrezca la absorción adecuada: utiliza siempre el tampón de menor absorción que se ajuste a las necesidades de tu flujo menstrual, y nunca utilices tampones si no tienes el periodo. Utilizar protección superabsorbente puede causar roces y sequedad.
Limpiarse de delante hacia atrás: trata de limpiarte por separado la vagina y el ano, y siempre que te limpies, debes hacerlo de delante hacia atrás. Esto reducirá el riesgo de que tu vagina se vea expuesta a bacterias anales dañinas, que pueden ser causa de infecciones.
Utilizar condones: durante la menstruación, si se practica el sexo sin protección, las mujeres se enfrentan a un riesgo añadido de transmitir o contraer enfermedades transmitidas por la sangre, como el VIH o la hepatitis B. Este incremento del riesgo se debe a las altas concentraciones de VIH y hepatitis B en sangre, en contraposición con las concentraciones comparativamente menores presentes en otros fluidos corporales, como el esperma o las secreciones vaginales.
Equilibrio natural
Las mucosas vaginal y vulvar son tejidos extremadamente sensibles. El déficit o el exceso de higiene o el uso de productos inapropiados pueden provocar un desequilibrio de la flora protectora de la zona íntima y causar irritaciones o infecciones.
Normalmente la vagina contiene muchos tipos distintos de bacterias; algunas se consideran “buenas” o “beneficiosas”, ya que sirven para mantener la vagina en buenas condiciones de salud, y otras se consideran “malas”, dado que pueden resultar dañinas. En la flora vaginal normal ambos tipos mantienen un delicado equilibrio.
Algunas actividades diarias inofensivas pueden influir en la resistencia natural de tu vagina. Por eso, la vagina necesita productos que no contengan jabones y que respeten las protecciones naturales de la zona íntima.
Aunque la menopausia no puede prevenirse, existen consejos para reducir los síntomas como, por ejemplo:
Evitar la cafeína y el alcohol
No fumar
Evitar comidas picantes
Mantener una dieta baja en grasas, con mucha vitamina D y calcio
Incluir alimentos con soja en tu dieta
Hacer ejercicio diario (como fortalecer los músculos del suelo pélvico con ejercicios de Kegel)
Practicar técnicas de respiración
Hacer yoga, taichi, o meditación para mejorar la relajación
Mantenerse sexualmente activo
Utilizar geles lubricantes durante las relaciones sexuales
Tratar la sequedad vaginal con un gel de higiene femenina hidratante
Es importante que consultes con tu médico las preocupaciones que tengas en relación con la menopausia. Si sufres molestias, dolor o estrés emocional relacionado con la menopausia, tu médico te puede ayudar a elaborar un plan y te recetará la medicación o el tratamiento necesario. Aunque los remedios naturales pueden ser suficientes para algunas mujeres, si sufres síntomas graves deberías buscar asistencia médica. Tu médico puede recetarte algún tipo de tratamiento hormonal sustitutivo (THS) para estimular tus escasos niveles hormonales, principalmente de estrógenos. Con estos tratamientos, conseguirás aliviar los síntomas inmediatos, además de reducir riesgos a largo plazo, como la osteoporosis.
Dado que cada mujer es distinta, resulta imposible decir con certeza cuándo vas a comenzar a experimentar los efectos de la menopausia. La mayoría de mujeres empiezan a darse cuenta de que sus periodos son cada vez menos frecuentes a finales de la cuarentena o en los primeros años de la cincuentena, si bien en algunos casos es posible que esto no suceda hasta ya entrados en los sesenta. La menopausia antes de cumplir los cuarenta, aunque no es extremadamente rara, sigue siendo lo bastante infrecuente como para considerarla prematura. Independientemente de tu edad, si sospechas que puedes estar experimentando los síntomas iniciales del cambio, una visita a tu médico puede ayudar a resolver tus dudas.
Distintos factores (incluidas algunas enfermedades) pueden condicionar el momento en que se inicie la menopausia. Sin embargo, al igual que la edad en que comenzaste la pubertad, el momento de aparición de la menopausia lo determina en parte tu herencia genética, por lo que conocer algo más de los antecedentes médicos de tu madre o de alguna otra mujer de tu familia puede darte pistas de cuándo debes comenzar a prepararte.
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